La isla de Santo Antônio es el corazón del centro de la ciudad. Por ahi pasaron los holandeses, portugueses, judíos, franceses, árabes y otras personas que han dejado su huella en el paisaje, la arquitectura y el comercio popular. Llena de patios, iglesias y caserones, el barrio posee una gran concentración de construcciones barrocas y coloniales.
El barrio de San José es rico en detalles, sonidos, olores y escenarios. Repleto de calles estrechas, callejones, ferias y comercio popular, es una fiesta para los sentidos y para los bolsillos. Conocido por la oferta de productos al por mayor y al por menor, por las calles del barrio se conoce un poco lo que es la esencia de Recife.