Esta área de la ciudad guarda verdaderos tesoros arquitectónicos, herencia de la ocupación de comerciantes y aristócratas de la civilización del azúcar. En el barrio de Jaqueira, el parque del lugar es una gran opción para caminar, picnic, actividad al aire libre, ya que posee mucha área verde, cafés, restaurantes y bares en el entorno que dan vida y alegría a las calles y plazas. En el Parque, una capilla barroca llama la atención por las preciosidades en su interior. Allí, el palacete del Barón Rodrigues Mendes alberga hoy la Academia Pernambucana de Letras, abierta a la visita con su mobiliario.
Más adelante, el turista encuentra el Museo del Estado y preciosos caserones neoclásicos y eclécticos como la mansión Henry Gibson, el Palacio de los Manguinhos, el Solar da Jaqueira y la antigua estación de tren Ponte D’Uchoa. A orillas del río Capibaribe, el Jardín del Baobá ofrece un rincón tranquilo para contemplación del río, mesas para comidas, balancines para niños y adultos y el gran baobab que da nombre al lugar. Los animales pasean libremente en el jardín entre pájaros, saguis, capibaras, tortugas y hasta caimanes. En las caminatas es posible aún ver los caserones de la Avenida Rosa e Silva, la Plaza del Entroncamento y el polo gastronómico del Espinheiro, que reúne decenas de establecimientos de diversos tipos, incluyendo restaurantes de chefs renombrados.