A cinco minutos del aeropuerto y cerca de la red hotelera, la Playa de Boa Viagem es considerada una de las más bellas y limpias playas urbanas del país, ofreciendo infraestructura y belleza impar, con piscinas naturales formadas por los arrecifes. Sientese en una silla de las decenas de kioscos en la arena que ofrecen opciones de comida y bebida variadas y aproveche. En la playa es posible también practicar deportes o divertirse en la ciclovía, estaciones de gimnasia, canchas deportivas de voleibol, baloncesto, tenis, canchas de fútbol, pista de skate y parques infantiles. A lo largo de la avenida, obras de arte adornan las entradas de los edificios y entre un edificio y otro, excelentes restaurantes ofrecen lo mejor de la gastronomía con la brisa del mar.
Para compras, los shoppings Recife y Rio Mar ofrecen tiendas populares y marcas internacionales. En la Plaza de Boa Viagem, una feria de artesanía ofrece artículos regionales, comidas típicas y movimiento de vecinos y turistas alrededor de la antigua iglesia. Muy cerca de ella, está el Parque Dona Lindu, un conjunto arquitectónico de Oscar Niemeyer con teatro, galería de arte y terraza abierta para eventos. Para comer, hay opciones sofisticadas y populares que van desde la orilla de Boa Viagem a la comunidad de Brasilia Teimosa, bastión de pescadores repleto de restaurantes especializados en mariscos. En el Pina, la Galería Juana de Arco es una excelente opción para calentar la noche antes de la parranda. Para una experiencia con pescadores y manglares, la pedida es embarcarse en uno de los paseo de catamarán hacia la Isla de Deus, comunidad que vive de la creación de camarones y de la recolección de crustáceos y molusco en el enorme Parque de los Manguezais, que circunda la zona sur de la ciudad .