En este emprendimiento educativo en Recife, surgiría el primer santuario construido en el mundo en homenaje a Nuestra Señora de Fátima, inaugurado solemnemente en septiembre de 1935. Dotada de líneas arquitectónicas futurísticas, en arcos de hormigón armado y estilo semi- gótico, la audaz obra fue proyectada por el arquitecto francés Georges Mounier.